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Eduardo Galeano, el hombre que le dio un nuevo significado a la utopía

"(Hay hombres que) arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende"

Eduardo Galeano

Publicado: 2017-09-03


Aquella tarde mi padre llegó con un libro bajo el brazo, ligeramente pequeño, con hojas marchitas, y con una portada que rápidamente captó mi atención. No dude en recibirlo: "Gracias, pa", atine a decir, mientras corría velozmente con dirección a mi habitación.

El libro se llamaba "Las venas abiertas de América Latina". A través de sus páginas fui capaz de trasladarme a épocas que difícilmente pueden ser calificadas de distantes. Desde la fiebre del oro que se apoderó de caballeros e infantes, hasta la deuda externa que aún carga nuestra región, el libro convoca al presente como memoria viva de nuestro tiempo. Su autor, Eduardo Galeano, cumpliría hoy 77 años.

El eterno escritor 

En 1940 la ciudad de Montevideo era testigo del nacimiento de Eduardo Germán Hughes Galeano, quien a través de sus obras rescató y dio una nueva lectura a la historia de miles de pueblos, por lo que es reconocido como icono del pensamiento latinoamericano. Entre sus obras se destacan la trilogía "Memoria del fuego", “Las venas abiertas de América Latina”, "Los hijos de los días" y "Espejos".

"Seguimos convencidos de que no se puede, y a veces ese no se puede se convierte en no se debe. En el fondo, desde las venas hacia adelante, son libros escritos contra el miedo, contra el miedo de cambiar, el miedo de ser, el miedo de ser tu mismo, de abrir tu propio camino", declaraba el escritor.

Es innegable la capacidad intelectual que poseía, y la sencillez con la que lograba explicar sus ideas, libre de ropajes teóricos. Pero esa no fue la razón por la que él se convirtió en unos de mis referentes de vida, sino por la faceta humana que creí percibir cuando leía sus textos, o escuchaba sus entrevistas. Creó que aquellos signos son una forma indirecta de conocer a una persona.

Cuando alguien adquiere conocimiento, o es reconocido por distintas personalidades, es usual que el narcisismo se asome. Fenómeno no fue ajeno a Galeano, quien alguna vez señaló que se salvó del narcisismo gracias a una peculiar experiencia.

"En un establo vi que un pollito picoteaba un espejo una vez y otra vez, o sea se estaba besando así mismo, y estuvo bastante tiempo picoteando el espejo, a su propia imagen. Hasta que al final de tanto verse, de tanto quererse, se quedó dormido. O sea que el narcisismo termina siendo una cosa aburrida", indicó alguna vez.

Desde temprana edad tuvo conciencia de los demás, pese a no experimentar situaciones de miseria, y procuro no separar la razón de la emoción. De allí nació aquella palabra que hoy es evocada por muchas personas: "sentipensante". Este rasgo se plasmó en cada uno de sus escritos, y es algo por lo que lo admiró también como periodista, porque no es posible escribir de un otro sin empatía.

"No basta solo hablar de la realidad, o a la realidad, sino también ser capaces de escucharla, de trasmitir su voz", decía Galeano, quien durante 1973 dirigió la revista Crisis en Argentina.

Pese a ser relator de experiencias agrias, de realidades que evidencian cómo actúa la cultura del envase, o cómo el miedo es capaz de justificar acciones que humillan el sentido común, siempre mantuvo el optimismo en el ser humano, en la vida. Siempre intuí que su concepción de la utopía como una fuerza que te invita a caminar, a no normalizar aquello que adolece el alma, y la forma en la que observaba el pasado, le permitió ver la belleza incluso en la adversidad.

"Elegir la nostalgia en lugar de la esperanza, es caer en esta trampita que la memoria te tiende cuando te invita a quedarte anclado en el pasado. Creó que la memoria que vale la pena es la memoria que te invita al viaje. Entonces la experiencia de los años, hermosos y terribles, sirve en la medida que te permite hacer otras cosas. El mejor de mis días es el que todavía no he vivido",afirmaba.

A su vez apreciaba no solo nuestra historia imperfecta, sino a cada persona, desde aquellas que albergan fuegos serenos hasta aquellas que llenan el aire de chispas. "Cada persona brilla con luz propia", decía el uruguayo. Un humano, al fin de cuentas, al que le estaré siempre agradecida por tantas lecciones de vida.


Escrito por

Miriam Romainville Izaguirre

Amante del cine, de la música y de la buena prosa. La UNMSM es mi alma máter y el periodismo es mi vocación.


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